Porque las americanadas molan (Parte II)...Y Cinnamon Rolls

Hola a tod@s de nuevo!!!

Bueeeeno, pues continuamos con la II parte de las americanadas.

Esta vez, le ha tocado a algo que a la mayoría de blogueros y blogueras nos vuelven locos. Y, como de costumbre, ¿quién tiene la culpa? LOS AMERICANOS.

Si, las americanadas vuelven a las andadas en este blog. Y creo que vienen para quedarse, y no dejarán de acosarme en sueños, de perseguirme en sueños hasta que no intente, al menos, una más. Pero la cuestión es: ¿cuál?

Es que hay tantas y tan variadas. Entre Google y Pinterest, mi cerebro acabará por convertirse en un cerebro zombie y, en consecuencia, yo. Cada vez que pongo "postres americanos" o algo similar, empiezo a babear cual zombie delante de la pantalla.

En serio, ¿no os ha pasado alguna vez? Es que es solo ver el postre y leer los ingredientes y se me hace la boca agua. Y más si de repente, por obra y gracia del Dios de los Dulces, me encuentro con esto. ¡ESTO! La perdición de cualquier blogger, la razón por la que cualquier persona mataría para que la cocina oliese de esa manera cuando se hornea.

La razón de la perdición completa y absoluta de la razón humana. Vamos, de la razón y de todos los 5 sentidos que tenemos. Si señoras y señoras, el culpable está en todas las imágenes que he ido poniendo, o mejor dicho, LOS culpables.

Pues nada, como americanada que se precie, todo tiene su receta. Así que vamos con ella :)

Cinnamon Rolls
Para la masa:

• 17 gr de levadura fresca de panadería
• 180 ml de leche
• 55 gr de azúcar
• 60 ml de agua templada
• 1/4 de cucharadita de extracto de vainilla o vainilla en pasta
• 1 huevo
• 1 cucharadita de sal
• 55 gr de mantequilla derretida y templada (no margarina)
• 460 gr de harina
• 55 gr de mantequilla derretida para pintar antes de hornear

Para el relleno:

• 75 gr de mantequilla a temperatura ambiente y blandita (no derretida)
• 170 gr de azúcar moreno
• 55 gr de azúcar normal
• 1 cucharada y media de canela

Para el glaseado:

• 20 gr de queso crema
• 1/2 cucharada de mantequilla
• 75 gr de azúcar glas
• 1/4 de cucharadita de extracto de vainilla o vainilla en pasta
• 2 o 3 cucharadas de leche calentita

Para hacer la masa, primero vamos a disolver la levadura en el agua caliente con una cucharada de azúcar. La dejaremos reposar 5 minutos hasta que se forme como una espuma en la superficie.

En un bol, con el gancho de amasar si tenéis a amasadora, o si no en un bol y con una cuchara de madera, ponemos los huevos, la leche, la sal, el azúcar y la mantequilla derretida. Mezclamos hasta que se integre y añadimos la mitad de la harina, el agua, la vainilla y la levadura. Mezclamos bien. Añadimos el resto de la harina y amasamos durante 5-7 minutos hasta que tengamos una masa suave y homogénea.

Cuando esté lista, enaceitamos una bol y metemos la masa dentro. Dejaremos reposar en un sitio calentitos durante 2 horas o hasta que doble su volumen.

Pasado ese tiempo, sacamos del bol y sin manipularla mucho, la extendemos con las manos o con el rodillo. La medida de extensión os la tiene que dar el tamaño de la bandeja en la que vayáis a poner lo rollitos. La mia era de 30x20 cm. 

Mezclamos el azúcar moreno, el blanco y la canela. 

Extendemos la mantequilla por toda la superficie de la masa, dejando un pequeño borde en el lado largo de la masa. Espolvoreamos el relleno por encima, tooodo el relleno. Enrollamos la masa como si fuese un brazo de gitano. En el pequeño borde que hemos dejado, echamos un poco de agua con el dedo y unimos el rollo de masa. Cortamos los extremos, que quedan un poco feos, y dividimos la masa en mitades, hasta un total de 16 rollitos. 

Engrasamos la fuente deseada, y vamos disponiendo los rollitos. No los pondremos muy juntos porque luego crecerán. Cuando ya estén colocados, los dejaremos levar otra hora y media. Sí, se tarda bastante en hacerlos, ¡pero merecen la pena, en serio! :) Mientras levan, precalentamos el horno a 170ºC.

Ahora, vamos con el glaseado. Batimos con unas varilla el queso, el azúcar glas y la vainilla. Quedará una pasta espesa. Vamos añadiendo leche poco a poco, hasta que tenga un consistencia fluida, algo espesa pero no muy líquida.

Cuando hayan terminado de levar, pintamos con la mantequilla derretida. Hornearemos durante 30 minutos o hasta que estén bien doraditos. ¡Cuidado de que no se quemen! Cuando estén listos, sacamos y echaremos por encima en forma de zig-zag el glaseado, aún calientes. Dejamos enfriar y...¡LISTOS! 

Sí, por fin listos. Son algo trabajosos pero os puedo asegurar que no habréis probado cosa igual. Merecen (y mucho) la pena hacerlos, aunque se tarde, aunque os lleve toda la mañana o toda la tarde haciéndolos, pero no os vais a arrepentir.

La esponjosidad que tienen, el sabor que hay en su interior, el olor que hay en el ambiente...¡Fuaaaaa! Menos mal que gracias a una quedad familiar voy a volver a hacerlos. Otra excusa más para encender el horno juas juas

Para servirlos, simplemente con un cuchillo de mantequilla o una espatula, los separamos de sus hermanos y lenvatamos. Os los podéis comer con plato y tenedor si sois muy finolis...

...o si sois más de andar por casa, cogéis in vaso o una tacita con leche calentita, ¡y a mojar se a dicho! Si solos están geniales, con leche están BRUTALES.

Pues nada, con este concluyo (o no, quien sabe...) esta americanada. Espero que os guste tanto como a mi y que lo intentéis en casa. ¡Sorprenderéis a todo el mundo!

En fin, me despido de todos vosotros hasta la próxima.

Un besote y un abrazo enorme a todos!

Jesús