viernes, 13 de febrero de 2015

Empieza la temporada del moñismo por excelencia.

Definamos "moñismo"...

MOÑISMO: 1-. Estado de romanticismo extremo elevado a la enésima potencia en el que se encuentran uno o varios individuos, generalmente parejas, en la flor amorosa de la vida. 2-. Agilipollamiento provocado por cierto angelito gordote con alas que lanza flechas envenenadas de amor, las cuales afectan a uno o varios individuos cortándoles el riego sanguíneo a la cabeza (y moviéndolo para otro lado). 3.- Estado de tontuna pastelosa constante entre una pareja de individuos que, al visualizarlos en la cercanía o lejanía, provocan espasmos estomacales, produciendo así una vomitiva serie de arcoíris.

Ea, ya tenemos el moñismo definido. Voy a llamar a la RAE y que lo incluya, porque vamos, es que levantas una piedra y te salen más parejas que en los culebrones.

Empecemos a definir punto por punto el moñismo, que se va extendiendo como plaga que lleva el diablo.


1-. Estado de romanticismo extremo elevado a la enésima potencia en el que se encuentran uno o varios individuos, generalmente parejas, en la flor amorosa de la vida.

Vale, analicemos la situación.

Parejita ultra monosa que probablemente acaban de empezar su relación como si no hubiera un mañana, agarrados todo el santo día de la mano como si tuvieran superglue en ella, dándose besos a todas horas delante de la población soltera (la cual se muere de envidia, nos guste o no), y con expresiones de cariño empalagosas a más no poder.

Muy bien, perfecto todo esto. Pero...

IROS A UN HOTEL

Una cosa es que si, que vale, que os deis un poquito de vez en cuando, o que os cojáis de la mano todo el tiempo, o que os deis abracitos. Hasta ahí vamos bien. Pero que os empecéis a enrollar con un movimiento fluctuante lingual, delante de todo el mundo y con la sangre efervescente en esos momentos, además de distintas metidas de mano, pues como que no.

¿Que estáis muy contentos porque por fin habéis conseguido a esa persona especial que os traía locos? No hay problema. Pero por favor, si la cosa empieza a subir de tono, no lo demostréis en público, que al final acabáis en alguna red social de cajón.


Por otro lado, están las otras parejas pastelosas, que siguen los mismos pasos, pero que no se dan tantas expresiones "cariñosas" en público.

Son más timidillos en la calle, cuando se ven, están mas callados en las citas, y sienten esa vergüenza como si fuera el primer día, aunque ya lleven saliendo un par de meses. Muy bonito. Sinceramente, son las parejas que más monas me resultan y que despiertan en mí un sentimiento raruno, pero bueno, esa es otra historia. El caso es que son monos...de cara al público.

Como he dicho, no suelen mostrar afectividades varias en público, PERO os invito a que os dejen ver una de las conversaciones en su móvil. Adjunto conversación...

                 Qué cosa más empalagosa por favor
                                 Qué cosa más empalagosa por favor

La reacción mayoritaria sería esa.

Otros dirían un tremendo "Oooooooooooooh".

Y otros directamente se callarían, lo cual no quiere decir que su cabeza maquine cosas.

Son tan cargantes esas conversaciones que dan ganas de hacer que se traguen el móvil de un guantazo. Si me dices que lo hacen en casita a solas bien, pero que estén todo el rato tiqui-tiqui-tiqui con el móvil al salir con los amigos o con la familia, PUES NO. Esperas a que acabe la cosa y ya si eso hablas, pero como todos nos cegamos con esos temas, pues nada :)

Ojo, no tiene absolutamente nada que ver con el punto 3. A ese ya llegaremos.


2-. Agilipollamiento provocado por cierto angelito gordote con alas que lanza flechas envenenadas de amor, las cuales afectan a uno o varios individuos cortándoles el riego sanguíneo a la cabeza (y moviéndolo para otro lado).

Continuando con el moñismo como forma de vida, llegamos el momento culmen del enamoramiento por excelencia: San Valentín.

Sí, ese día que por suerte o por desgracia se encuentra en el mes de febrero, antes del día trece (pobre Jason, Si se celebrara el día 13 y cayera en viernes, el sí se iba a alegrar del color rojo de San Valentín. Je...), y que por consiguiente, tiene cierta dosis propagandística para que tengamos detalles monos con personitas especiales.

Bien.

Aquí también es donde entra en juego ese gordo con alas que lanza flechas a diestro y siniestro a todo individuo que pilla desprevenido y en momentos de agonía amorosa. Para los amigos, Cupido. Miles de millones de parejas deciden lanzarse el día de San Valentín y declarar su amor a esa persona que probablemente (o no), les haga felices el resto de su vida. ¿Bonito, verdad?

JAAAAAAAAAAAAAA! Hay dos opciones: o acabas bien, o acabas hecho un truño con ojos, tipo Whatsapp, de la calabaza que te han dado. BRICONSEJO DE AMOROSIDAD: Jamás en la vida se os ocurra declararos en San Valentín, porque acabaréis con una calabaza del tamaño del Obelisco de Washington. Palabrita :). Y si en ese caso, soy algo masocas y os va el riesgo, who knows?. Intentadlo, a ver que pasa.

Y si no, acabaréis con este sentimiento...

                              

En pleno auge de explosividad total por haber conseguido a la chica o chico correctos, el gordito alado tiene la pasiva costumbre de unirlos por los labios como si fueran Mr. & Mrs. Pegatina. Y claro, hay una parte en el SUBconsciente que entre tanto beso y tanta maniobra bucal o manual, provoca ciertos estímulos sanguíneos, y el riego no llega a la cabeza (de ambos), por lo que se ponen a pensar en otras cosillas más...personales. Dejémoslo ahí, que me estoy metiendo en camisas de once varas...

Total, que si oís sonidos de muelles o golpes frenéticos, ha sido culpa del gordito alado. ¿A que es majo?

Convivo en el edificio con ciertos adolescentes en la flor de la vida, así que me replantearé estudiar sus movimientos durante los próximo días cual explorador del National Geographic. Puede salir un buen documental...sí, sí..


Y ya, llegamos al punto final del moñismo.

3.- Estado de tontuna pastelosa constante entre una pareja de individuos que, al visualizarlos en la cercanía o lejanía, provocan espasmos estomacales, produciendo así una vomitiva serie de arcoíris.

Si en el punto número uno tenemos a las personas pastelosas por excelencia, aquí ya es el summum de todo esto.

Esta vez, en vez de dejar tanto moñismo para ellos solos, en su vida, con sus cosas y demás, prefieren demostrárselo al mundo y restregarlo a ciertos amigos que no pillan cacho ni a tiros. Sin lugar a dudas, una de las mejores sensaciones del mundo.

Detrás de esas conversaciones de whatsapp, está lo gordo del asunto. No solo son las conversaciones, que podrían guardárselas para ellos, pero no, deciden sacarlas a la luz. Deciden darse distintas muestras de cariño por todas las redes sociales, llenando todos los muros, Time Lines y demás con corazones, imágenes románticas y frases de Paulo Coelho. OGH, por el amor de dios...

Pero esto no es lo peor. Digamos que se crea una especia nueva, una fusión entre los primeros y los segundos sujetos dichos en el punto uno. Siguen con la monosidad vergonzosa flotando en el aire, pero se dan cualquier muestra de cariño en público cada 10 segundos (contados), dando envidia a diestro y siniestro.


Frasecitas como "te amo, mi niña", "te quiero, mi gordi", "eres lo mejor que me ha pasado en la vida", "espero que estemos juntos siempre" y muchas más que suelen decirse, se escuchan, porque se escuchan, si pasáis al lado de cualquier pareja de este estilo.

Que cuuuuuuuPUAAAAAAAAAAAJ

Por favor, quedaos en vuestras casas, a ver si revientan los armarios de tanto amor concentrado, coño. Que parecéis la versión super moñas y empalagosa de cualquier cuento Dinsey, que claro, como no son dulces de por si, pues nada, elevemos esto hasta límites insospechados. Total, que más da, somos felices y me importa un bledo el resto del mundo. Wiiiiiiiiiiiii...


Y para rematar la jugada, haré una mención honorífica a aquellas personas sin pareja, las cuales el día de San Valentín les parece o una oportunidad o un desperdicio de día, pero que, a grandes rasgos, suelen verlo todos de la misma manera: una soberana gilipollez.

Prefieren beber ácido y que les claven agujas en distintas partes del cuerpo, a tener que soportar durante un solo día tales muestras de afecto sentimental.

Señoras, señores, va por ustedes :)

Y ahora, después de haberme quedado más ancho que largo y de haber soltado todo esto, vayamos a lo que nos interesa. La receta de esta cheesecake de Oreo que hará las delicias del día de San Valentín.

¿Que tenéis pareja? Bien, podéis hacerla juntitos, comerla juntitos y disfrutarla juntitos.

¿Que no tenéis? Pues te la comes tu solo o sola y te quedas tan a gusto :)

¿Os animáis?


Heartcreak Oreo Cheesecake
Para la base:
  • 28 galletas oreo, separadas la galleta de la crema
  • 10 galletas Digestive
  • 1 cucharada de cacao
  • 1  cucharadita de azúcar
  • 180 gr de mantequilla o margarina fundida
Para el relleno:
  • 680 gr de queso crema tipo Philaderphia
  • 100 gr de azúcar
  • 4 huevos
  • El relleno de las oreo
  • 1 cucharada de nata para montar
  • 1 cucharadita de vainilla
  • 16 galletas oreo cortadas en trozos
Para la salsa de chocolate caliente:
  • 200 ml de nata para montar
  • 100 gr de chocolate con leche
Preparamos un molde de corazón o un molde redondo de unos 23 cm, con papel de horno en la base y las paredes.

Para la base, trituramos las oreo y las galletas con el azúcar y el cacao en polvo. Derretimos la mantequilla en el micro y se la añadimos a las galletas. Mezclamos bien. Tiene que quedar una textura como de arena mojada. Ponemos esta mezcla en el molde, y cubrimos tanto el fondo como las paredes. Reservamos en la nevera.

Precalentamos el horno a 175ºC.

Para el relleno, derretimos el relleno de las galletas junto con la cucharada de nata en el micro. Dejamos enfriar. En un bol, mezclamos el queso crema con el azúcar. Añadimos el relleno de las oreo. Vamos incorporando, uno a uno, los huevos, intentando no meter mucho aire. Añadimos la vainilla y mezclamos bien. Por último, incorporamos las oreo troceadas y mezclamos.

Sacamos el molde de la nevera y ponemos el relleno. Meteremos al horno a 175ºC durante 15 minutos, y pasado ese tiempo, bajamos la temperatura a 120ºC. La mantendremos durante 1 hora, 1 hora y cuarto más o menos.

Sacamos del horno y dejamos enfriar completamente.

Para la salsa de chocolate, ponemos a hervir la nada en un cazo. Una vez haya hervido, añadimos el chocolate y mezclamos bien. Tiene que quedar una salsa lisa y brillante. La echamos por encima del cheesecake y...¡a zampar!





Y ahora, viene la parte buena de todo este lío.

Todo, pero casi absolutamente todo lo que he dicho arriba, lo estoy haciendo a cada minuto que pasa. Sí, el tener novia me tienen en un estado comatoso central, que no me permite ver con claridad todo lo que sucede a mi alrededor. Y sí, casi todo, me pasa en algún momento u otro del día.

Soy un moñas, un empalagoso y estoy perdidamente enamorado. Pero oye, que me apetecía hacer un post de este estilo, y lo que me he divertido haciéndolo, no me lo quita nadie ;)

Pues nada, espero que os haya gustado esta nueva entrada!


Y ya sabéis, si os apetece hacerla y os surge alguna duda, aquí me tenéis, y si la hacéis en casa para vuestros respectivos o para vosotros mismos, ¡mandadme una foto! :D

Nos vemos en la próxima entrada!

Y para animar esto algo más, os dejo esto por aquí. Me gusta la canción. El vídeo ya, lo siento mucho pero no tanto. Chicas (y chicos), alegraros la vista un rato (guiño, guiño)


Besotes gordos para todos y Feliz San Valentín para quien lo celebre!

Muaks!

Jesús